Yo tengo nombre de perro. Todos tenemos nombre de perro, porque sólo a los perros se les pone un nombre. Cada uno tiene un nombre verdadero, pero para descubrirlo tienes que aislarte y concentrarte y dejar que surja de ti como si saliera del fondo de un pantano. Ese nombre no se lo puedes decir a nadie. Así accedes a la maravilla de vivir con un secreto. Esto es algo que Dios había entendido muy bien. Cuando Moisés le preguntó : "¿Cuál es tu nombre?", Dios pensó: "No soy tan pendejo, no se lo digo", y le dijo: "Yo soy el que soy". Se evade, ¿ves?
- Alejandro Jodorowsky siendo entrevistado por Edmundo Magaña. (1992)
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